No creo en los numerólogos, pero el doble “20” de este año parece indicar una repetición, una insistencia, podría decirse que hasta un ensañamiento. Como si un Ramón García despechado con no presentar las campanadas hubiera vendido este año que se acaba como el que vende los boletos, diciendo “que Dios reparta suerte”, pero queriendo decir «que la trompada os la llevaréis todos».
Este año me he acordado mucho de esa frase que le leí una vez a Antonio Lucas y que él le oyó a su vez a otra persona: cada vez que alguien conocido moría, éste se decía «caramba, parece que están disparando cerca». Leyendo ahora El nervio óptico de María Gainza, me topo con otra que parece complementarla a la perfección: ‘somos cada vez menos / y no nos quedan municiones / pero ellos no lo saben’.
María Gainza se la atribuye a un tal Federico Williams, al que no he logrado identificar, con lo cual no acabo de estar seguro si es en realidad Gainza quien lo escribe hablando por persona interpuesta – María Federico Williams Gainza sería entonces la cita correcta, como el nombre de una Infanta – como cuando el Rey emérito actúa con testaferro.
No creo en esa gente que cita a otra porque no se atreve a decir las cosas por sí misma, y me hace gracia que alguien piense que yo hago lo mismo en este momento, porque tal vez esté en lo cierto. Tampoco creo en las frases lapidarias, y sin embargo, siempre que reviso ésta, ahí sigue, humeante aún, con ese giro final que lejos de ser lúgubre es incluso optimista, como un disparo luminoso y certero. Vivir así, como si estuviera uno rodeado, sin armas, sin saber a quién le darán o por dónde irán los tiros.